Desde tiempos inmemorables, los cristales han sido utilizados por su gran poder terapéutico.
Sanadores, curanderos, chamanes, brujas y místicos, los han utilizado, (y seguimos haciéndolo) para sanar, equilibrar, limpiar, y proteger personas y espacios.
Las formas de usarlo, varían en función al mineral que estemos utilizando. Muy al contrario de lo que mucha gente cree, los minerales están tan vivos como nosotros y, probablemente esta sea la razón por la cual, cada uno de ellos, posee su propia energía, específica y única.
A modo resumen, se suelen usar:
- Mediante la aplicación directa del mineral, en la zona del cuerpo, (o del lugar) a sanar, proteger, o equilibrar.
- Como amuletos y joyas.
- Sumergiéndolos en botes y botellas para crear aguas, aceites, y sprays que atraigan o repelan ciertas energías a nuestras vidas.
Es importante, que antes de utilizar un mineral, ya sea para un ritual o amuleto, o simplemente porque lo vayamos a llevar encima (como collares, pulseras, etc..) lo limpiemos previamente.
Su limpieza dependerá en gran medida del mineral que hayamos adquirido pero básicamente, enterrarlos durante varios días en sal, o exponerlos a la luz solar o lunar (dependiendo de si el cristal contiene energía femenina o masculina), son los métodos más usados para limpiarlos y recargarlos.
Cuando se sintoniza con la conciencia de estos cristales, se conecta también con la frecuencia de sus energías sanadoras, es por ello, por lo que debemos guardarlos y conservarlos con cariño y delicadeza. (No son pisapapeles, ni sirven para equilibrar las patas de una mesa), y hay que tratarlos con el respeto que merecen.
Si estás interesad@ en adquirir un mineral para poder beneficiarte de todas sus propiedades, te aconsejo que te informes antes sobre el tipo de cristal que vas a comprar, cómo limpiarlo, cómo cuidarlo y cómo y cuando recargarlo. Es probable que, con el tiempo, sientas, o sepas de manera intuitiva que necesita en cada momento tu cristal.
Pero, si estás iniciándote en su uso, creo que es importante que estudies y entiendas estos principios básicos, que son esenciales para su cuidado y tratamiento, de modo que si tienes un mineral en tu poder y crees que “no sirve” o no sientes sus efectos, te aconsejo que pruebes a seguir las pautas de sus cuidados y después lo apliques de nuevo.