El tarot es una herramienta, de crecimiento personal y espiritual. A pesar de que muchas personas lo han utilizado durante años para predecir el futuro, lo cierto es que también tiene la utilidad de servir de guía, de consejero y, de espejo.
Este último, puede reflejar tanto nuestro momento vital, como a nosotros mismos. Siendo capaz de representar nuestro estado mental, físico, emocional, instintivo y espiritual.
Los 78 arcanos que lo constituyen (así es como se llaman sus cartas), hacen un recorrido a través del personaje de la carta cero: “El loco”, por todos los estadios que conforman el sendero de la vida.
A medida que este personaje, va pasando por los distintos arcanos, o fases de la vida, tal como nosotros hacemos, se va transformando. Es por esta razón, por la que es posible usar la baraja también como un juego de arquetipos, en el que se nos permite ver cómo realmente nos estamos comportando, y cómo nos están percibiendo los demás, en una situación determinada.
Usado de este modo, no solo es posible ver qué rol estamos jugando nosotros, sino que también, podemos ver y entender, los roles del resto de personas implicadas en la situación. Sacando así a la luz, algunas verdades de las que no somos conscientes, acerca de nosotros mismos, y de nuestra forma de ver y juzgar personas y situaciones de nuestro entorno.
Por último, y esto es lo más importante. Esta poderosa herramienta, es capaz de dar respuesta a prácticamente cualquier cuestión que queramos consultar. Las posibilidades con él son infinitas y ahí reside su magia.
Esa magia consigue que los que amamos el tarot, a pesar del paso de los años, sigamos aprendiendo y disfrutando de él, con el mismo entusiasmo e ilusión del primer día.
Muy interesante, que ganas de que empiece…?????